Capítulo I: Origen y Anatomía Zombi
Antes de saber cómo combatir al enemigo debemos estar al tanto de quién o qué es. El axioma de Sun- Tzu "Conoce a tu enemigo" no podría ser más cierto en este caso. A priori más de uno se preguntará a qué c*ñ* tanto mareo, cuando de todos es sabido que basta con reventarles el cráneo y se acabó el asunto. Cierto aunque con un rotundo PERO. Los zombis, señores, causan terror. Más aún, pánico. Son profundamente antinaturales y su mera visión provoca en el ser humano un miedo atávico que en la mayoría de los casos impide reaccionar con rapidez. Sin embargo la información ES poder, y conocer a fondo a estas aberraciones de la Naturaleza aporta ilusión de control y mejora nuestra capacidad de sobrellevar su visión y enfrentarlos. Así pues, comenzamos:
Los muertos vivientes llevan tambaleándose en las sombras desde el mismo amanecer del hombre. La historia escrita de todas las culturas tiene referencias a estas criaturas, si bien retorcidas por la mitología y la religión. Los Ghouls árabes, los Jiang-shi chinos y coreanos, el Wendigo algonquino, los Necrarii de Europa del Este, los Raksasha hindúes o los Revenant de Gran Bretaña y Normandía son sólo algunos de los muchos ejemplos que prueban este hecho. Y aunque existen ciertas diferencias entre ellos, sin duda atribuibles al folklore local, todos comparten ciertos elementos. Todas son criaturas muertas que vuelven a la vida, rondan cementerios y se alimentan de los vivos. Desde luego, la distancia geográfica que media entre todos estos lugares en combinación con sus similitudes no es mera casualidad. Existe cierto patrón. Sin embargo, lo que realmente preocupa es el cómo se forman los zombis.
Origen Histórico
Creación
De todos los apartados de esta guía este es con mucho el más
desconocido. De hecho, la falta de conocimiento a este respecto es inversamente
proporcional a la cantidad de teorías que intentan explicarlo. Aquí vamos a
enunciar las que consideramos más importantes.
El Vudú: A esta religión le
debemos el vocablo "zombi". En la tradición de la santería
centroamericana y caribeña de raíces africanas, un hechicero lo bastante
poderoso era capaz de esclavizar los cadáveres de sus enemigos y usarlos
como sirvientes para toda la eternidad. No obstante esta forma es a día de hoy,
totalmente descartable como origen de los muertos vivientes, pues en todos los
testimonios y tratados sobre el tema, ninguno describe el ansia de carne humana
tan característica de los no muertos. Al parecer es mucho más probable que se
tratase de un envenenamiento mediante el uso de algún tipo de droga hipnótica y
que más que cadáveres reanimados fueran pobres desgraciados hasta el culo de
opiáceos.
La Hipótesis del Solanum de Brooks (Brooks, 2004): En su Guía de la Supervivencia, Max Brooks
plantea que el origen de la infección es un extraño virus, al que denomina
Solanum. Según esta teoría, el Solanum viaja a través de la sangre y atraviesa
la barrera hematoencefálica para atacar a las neuronas del lóbulo frontal. Cómo
y porqué posee ese grado de especificidad es desconocido. En un período de
aproximadamente 23 horas, la actividad metabólica y, digamos, vital del
individuo cesa por completo. El cerebro se convierte en un órgano capaz de
funcionar en condiciones de total anoxia, y el individuo revive
con tan sólo las funciones motoras y apetitivas más básicas. Sin embargo, la
falta de estudios que respalden esta teoría la hace, a mi parecer una candidata
secundaria para explicar el origen de la plaga no muerta.
Las Drogas: No nos es ajeno el que la mayor parte de
los flipados de las conspiraciones gubernamentales afirman que el gobierno
posee drogas capaces de inhibir la voluntad y convertir a la gente en zombis.
Sin embargo algo hay de verdad en estas teorías. Hay todo un abanico de
fármacos con capacidad para inhibir la actividad cerebral, neurolépticos en su
mayoría como el Haloperidol o ansiolíticos como las benzodiacepinas cuyos
efectos secundarios a nivel motor coinciden con los anteriormente mencionados.
Por otra parte, drogas alucinógenas como la ketamina o el LSD generan
experiencias extracorporales, disociación, agresividad y no es infrecuente que
se hayan dado casos de canibalismo entre sus consumidores. De hecho, hace poco
llegó a mis manos la noticia de un hombre en Miami, Rudy Eugene, que había sido
abatido por la policía cuando devoraba la cara de un indigente. Aún más
escalofriante, el hombre ignoró por completo las advertencias de la policía y
por toda comunicación emitió una serie de gruñidos. Hicieron falta varios
disparos para detener a Eugene, a quien el Miami Herald ha bautizado
acertadamente como "El zombi de Miami." El informe forense reveló que
Eugene se hallaba bajo los efectos de un derivado del LSD encuadrado dentro de
una familia llamada de forma genérica "Bath Salts" o "Sales de
baño".
NOTA: Esta última noticia es cierta y no tiene nada de gracioso. La víctima, Ronald Poppo de 62 años, se está recuperando en un hospital, afortunadamente, aunque cabe la posibilidad de que quede permanentemente ciego. Algunos detalles sobre la noticia Aquí.
Anatomía
El ANSD (Síndrome de Degeneración Neurodegenerativa Atáxica y de la Saciedad,
Schlozman, 2009): Schlozman, profesor adjunto de psiquiatría en la universidad
médica de Harvard, llevó a cabo una profunda investigación en distintas fuentes
hasta conseguir un análisis pormenorizado de la neuroanatomía de un zombi.
Hasta el momento es con mucho la teoría más exacta al respecto. De
hecho aquí tan sólo resumiré lo básico, sin embargo un artículo más profundo
puede encontrarse en su libro The Zombie Autopsies: Secret notebooks from the Apocalypse (eso sí, en inglés):
- El Lóbulo Frontal: Schlozman concluye que el
lóbulo fontal, la parte del cerebro encargada de coordinar y relacionar
prácticamente toda la información neural, se halla severamente dañada,
aunque no totalmente destruida. Mantiene cierta capacidad para procesar el input proveniente del Tálamo, y por tanto, permitiendo al zombi ver y
oír con un rango limitado. Sin embargo el daño masivo en esta parte del
cerebro implicaría la pérdida de la capacidad del lenguaje, atención
selectiva, conducta moral y ética, conciencia, razonamiento y ejecución de
la conducta motriz, todo un conjunto de síntomas totalmente reconocibles
en la conducta de un zombi.
- La Amígdala y Corteza Cingulada Anterior: La amígdala es junto con el
sistema límbico, la principal promotora de las emociones más primitivas.
Entre sus muchas funciones, la amígdala genera la respuesta de ataque - retirada presente en
todos los animales, y más intensamente en predadores. Los zombis tendrían
una amígdala completamente funcional. Esto se une a una disfunción total
en la corteza cingulada, que en condiciones normales modera la
respuesta emocional de la amígdala hasta obtener una mejor respuesta
proveniente del lóbulo frontal. El resultado de todo esto es, entre otras cosas,
hiper-agresividad.
- El Hipotálamo - Núcleo Ventromedial: El núcleo ventromedial del hipotálamo es la zona encargada entre otras cosas de la regulación del apetito, enviando las señales que indican cuándo estamos hambrientos y cuándo estamos saciados. Al estar dañada en el caso de los zombis, las lesiones en esta zona conllevarían hiperfagia (la necesidad compulsiva e imparable de comer). No obstante, es irónico destacar que los zombis carecen por completo de actividad digestiva. Este hecho ha sido comprobado al haberse encontrado trozos intactos de sus víctimas tan sólo afectadas por la descomposición bacteriana pero sin efecto de actividad enzimática estomacal. Y dado que tampoco defecan, pues carecen totalmente de motilidad intestinal, generalmente la comida se acumula en sus cavidades abdominales hasta que revientan.
- El Cerebelo y los Ganglios Basales: Ambas son partes del sistema
nervioso relacionadas con la coordinación y movimiento. Concretamente los
Ganglios Basales (Globo Pálido, Núcleo Caudado y Putamen) controlan la
coordinación motora voluntaria y el aprendizaje de conductas motoras; y el
Cerebelo el equilibrio y las funciones motoras voluntarias finas. Las
alteraciones en estas zonas generan Parkinsonismo (temblor,
rigidez, trastornos posturales caracterizados por caminar inclinado y con
los brazos flexionados hacia delante), Bradicinecia (dificultad
para empezar y completar movimientos nuevos acompañado de un andar lento y
rostro inexpresivo) o Ataxia (problemas motores,
movimientos involuntarios, una forma de caminar característica con las
piernas abiertas y balanceos adelante y atrás del tronco, etc...).
- Origen Biológico: Por último, el aspecto menos concluyente del estudio es precisamente el que más nos preocupa. Schlozman parece decantarse por un origen vírico de este cuadro sintomatológico, apoyando las investigaciones de Brooks. Pero parece haber pruebas que sugieren un origen endógeno, una muerte celular masiva que deja al sujeto en el estado descrito y cuyo origen podría ser genético (Corzo y Cols. 2012)
Conclusión
El origen de los zombies sigue estando oculto, principalmente porque apenas
hay constancias de brotes, y muchos de éstos son en realidad achacables a otras
causas antes que a un levantamiento de los muertos. Por tanto el acceso a la
información es escueto y las fuentes son más que dudosas (con una amplia mayoría
de los típicos cretinos endogámicos del sur de USA). Sin embargo, es una
suerte que existan investigadores cuyo trabajo, apenas reconocido y en absoluto
remunerado, nos acerque cada vez más a posibles soluciones ante lo que podría
ser, en caso de existir, una amenaza para toda la raza humana y el planeta
entero. Desde aquí seguiremos informando.
A pesar de todo queda claro que el centro de la actividad de un
zombi está en su sistema nervioso central y que la eliminación expeditiva de
este resultará en su total destrucción.
En la próxima entrega, estrategias defensivas, armamento disponible
en España y equipos de escape. Y recordad " El único zombi bueno es
el zombi mu... ehh.... sin la p*t* cabeza!!"
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