miércoles, 21 de julio de 2010

La gran historia americana

 El término "Obra Maestra", tan libremente otorgado hoy día tiene en la historia un significado mucho más solemne. Durante la Baja Edad Media, la obra maestra de un artesano era aquel trabajo culmen de sus habilidades que le garantizaba el más alto reconocimiento de sus colegas de gremio. Y en teoría se trataba de un trabajo tan increíble y minucioso que el propio artesano no podría llegar a igualarlo jamás durante el resto de su vida. Siguiendo esta referencia, me parece no equivocarme cuando digo que Forrest Gump es justo eso: La Obra Maestra del director norteamericano Robert Zemeckis. Y teniendo en cuenta que el señor Zemeckis cuenta con varias películas excepcionales y de culto en su proverbial claqueta es decir mucho. Es más, es decir un huevo.
  Pero créanme si digo que hay razones de peso para afirmar esto. El biopic del fictico Sr. Gump está revestido de ese nosequé que hace que cada vez que la veas sea una experiencia más emotiva y profunda que la anterior. Esa magia tan maravillosa como poco común que impregna los mejores libros y películas y los eleva a la intemporalidad.
 La trama está repleta de referencias a los acontecimientos más significativos (y otros no tanto) del último siglo en Estados Unidos, en los que de un modo u otro el bueno de Forrest se ve involucrado. Sin embargo y a pesar de su relevancia, la historia de verdad se centra en el transcurso de la existencia del protagonista, hilvanando un relato divertido, entrañable y por encima de todo, muy tierno. Porque ante todo Forrest Gump es, como dice su tagline La Historia de una Vida. De una vida que llegaría  a la inmortalidad desde el momento en que Forrest, sentado en un banco y con cara de concentración pronunciase su famosa frase "Mi mamá dice que la vida es como una caja de bombones..."

viernes, 9 de julio de 2010

Bzzzzzzzzzz!!!!!

 España estará en la Final (con mayúscula) de un Mundial por primera vez en su historia. Y como estoy tan seguro que vamos a ganarla, dejaré el tema para nuestra victoria del Domingo. En su lugar hoy voy a hablar de la otra gran protagonista de este Mundial. Las Vuvuzelas.
 - La Vuvuzela es un instrumento trompetiforme y generalmente de plástico que deriva de antiguos útiles de tortura e intimidación zulúes usados en la guerras tribales. El característico sonido inducía unas cagaleras tan descomunales entre los enemigos que estos quedaban indefensos y medio deshidratados en su propia caquita mientras eran ensartados por las lanzas de tan terribles adversarios. Tras los estragos causados durante la guerra anglo - zulú, los británicos (y posteriormente los bóers) decidieron prohibirlas tajantemente hasta el punto de que su tenencia estaba penada con la muerte. Esta prohibición sería respetada hasta la gran revuelta de Piece of Shit donde las fuerzas de seguridad sudafricanas fueron acorraladas en un almacén abandonado y vuvuzelados hasta morir ahogados en sus propias heces. Tras la revuelta, los afrikaaners hubieron de negociar con los líderes locales hasta llegar a un acuerdo en el que se permitía a la población indígena poseer los instrumentos siempre y cuando éstos hubieran sido modificados para evitar sus desagradables efectos. Así surgieron las vuvuzelas actuales. Lamentablemente, esta versión moderna tenía y tiene el inconveniente de causar un odio asesino y unas terribles ganas de partir caras en aquellos que oyen el zumbido a escasos metros de sus oídos. Esto provocaría innumerables muertes entre la población negra y a la larga sería la causa principal del Apartheid.
 Aún todavía existen vuvuzelas hechas a la antigua. He aquí un documento gráfico de sus terribles efectos.






 Lo dicho, las vuvuzelas son un instrumento del diablo.

jueves, 8 de julio de 2010

De tesoros encontrados.

 Si llegáis a asomaros a una azotea lo bastante alta para oir cercano el rumor de la vida y miseria humanas, seguro que no os resulta difícil imaginar la ciudad, cualquier ciudad, como un enorme mar. Un mar con olas de tiempo y corrientes de asfalto que nos llevan de un lado a otro conforme las navegamos, algunos con la seguridad de una flota entera de galeones y otros con la fragilidad de un esquife. Pero ya seamos galeón o bote, la mala suerte puede enviarnos de un golpe contra un témpano, un arrecife o un banco de tiburones para caer hundidos en lo más profundo de la vorágine del día a día en la ciudad. Rotos y olvidados. Y a veces, de vez en cuando y como tesoros de un naufragio tirados en la acera, encontramos personas con toneladas de puro talento que esperan a ver si alguien los saca del fondo de indiferencia y mierda en que se encuentran. Es el caso de Jim Mustard, un mendigo que fue llevado al programa de radio de Opie & Anthony en U.S.A en principio para una especie de concurso de compras para indigentes. A mitad de entrevista preguntó por una guitarra y soprendió al personal con esto:
 



Como dijo un comentarista anónimo de youtube. "Puedo sentir su alma desde mil millas."

Aquí dejo el link a su grupo de fans de facebook.